Mis padres me insistían en que fuese a abortar, para ellos era muy joven; me quedé embarazada con 17 años. Yo me negaba y hubo momentos de tensión en casa; mi madre me llegó a decir que «embarazada no me quería en casa».
Yo me fui. Solo mi novio y algunas amigas me apoyaron.
Me hubiera ido a vivir a la calle antes que abortar, pero al final estuve unos días en casa de una amiga que había tenido un bebe hacia poco. Siempre fue mi ilusión ser madre y viéndolos a ellos mi corazón me lo confirmaba. Era lo más hermoso que me podía imaginar.
Cuando ya estaba de cuatro o cinco meses volví a casa con mis padres. No le guardo rencor a mi madre pero me falló cuando más la necesitaba y aquello me molestó.
Yo decidí seguir adelante y dejar crecer la vida que ya llevaba dentro de mi; y ahora ya tengo a mi niño en brazos y a ellos se les cae la baba. Están locos de contentos y preocupándose todo el tiempo pendientes de si necesitamos algo. Estoy superfeliz.